martes, 28 de mayo de 2013

REFLEJANDO CALLOS



© 2013 Santi!




Para qué nos vamos a engañar: Chile, o como me gusta llamarlo, “Fantasilandia”, es un país lleno de incongruencias. La tierra de los “excelentes”, del “hemos hecho más cosas en 20 días que otros en 20 años”, está llena de pifias, detalles, hilachas que son referente de un término medio, de un “ni fu ni fa” o “ni chicha ni limoná”, al que estamos acostumbrados. Esta mediocridad, la mayoría de las veces disfrazada de picardía, genera las condiciones necesarias para qué los que quieran pasarse de listo, lo hagan, con la seguridad y calma que da saber que las miradas complacientes siempre apuntan para otro lado.

En el micro-micro-micromundillo publicitario, al que me gusta referirme como, “la hoguera de las vanidades”, los listillos se la llevaron pelada por años, hasta que el paradigma de las redes sociales irrumpió. Hoy, ya no es “llegar y llevar”, porque copiar pasando piola, se ha vuelto casi tan difícil como ser absolutamente creativo. No es que sea la sacerdotisa de la originalidad, es más, muchas veces te he contado que he salvado largas horas de trabajo con una cita sobre algo “done”, pero zafé de morir quemada en la inquisición de la social network, por la dignidad puesta a la hora de realizar ese pequeño hurto intelectual. Parafraseando a Coco Legrand: “siempre de digna”. Porque la copia con dignidad, esa que no te toma el pelo, dignifica y hasta puede ser necesaria.

Pero distinta es la copia al chancho que me ha tocada ver estas semanas, con casos que revelan la pérdida de todos los valores publicitarios, con ejemplos de una degeneración de la que son tan culpables creativos como clientes. Si el cardenal Medina fuera publicista (más que propagandista), no tengas duda que ya estaría hablando de una “crisis moral”. Las cuatro F por eso: fuerte, fuerte, fatal, fatal.

Viejito, viejita, una cosa es copiar un logotipo, y desde acá un saludo grande al “Sindicato de Diseñadores Furiosos”, otra cosa, es citar una referencia audiovisual, por ejemplo, de una película, una tercera, es basarse en un viral de Internet, que sea dicho de paso está en boga, pero lo que es absolutamente impresentable es copiar un spot “a la pata”. ¿Qué pasa? ¿Nos volvimos todos locos? Seguro ya sabes a lo que me estoy refiriendo. No puedo dar nombres ni marcas, porque me tienen de ahí mismo, pero los cuerpos del delito están en Youtube bajo el criterio de búsqueda “comerciales sobre el día de la madre”.

Cuando los vi, morí de vergüenza. No había pudor en esas malas versiones nacionales. Copiar al callo está de moda. No sé si por onanismo de ideas o presión de los queridos clientes, pero esas joyitas me dejaron de una pieza. Prefiero ser penca o fome antes que una copiona ramplona. Ayudarse está bien, pero calcar es mucho.

Francamente indignada,


FRANCA GUERRERO
Activista publicitaria
y directora creativa de grupo
Agencia TT/Chilewww.pagalashorasextras.blogspot.com
#FF @francaguerrero
francaguerrero@gmail.com


EL CLIENTE 

“ACOTA”


Oye Franky, 
¿y si lo dejamos igual a la referencia?”.