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Así es. Me reconcilié con el vodka. Estoy feliz. Por años no pude controlar las náuseas provocadas por el recuerdo de una ingesta indiscriminada, pueril y adolescente. Fatal, fatal. Fueron cientos, tal vez miles los litros que pasaron por mi boca. Estoy exagerando, no me mires con cara de poto. El que esté libre de pecado que lance la primera piedra. En esa época, un colega apodado Lechuga, especie de monje tibetano infiltrado en la publicidad, me decía –“Franca, cuida tu templo”, a lo que siempre respondí con un arrogante –“Tengo la media fiesta en el templo”. Otras épocas. Afortunadamente mi cuerpo resistió bien el test de esfuerzo.
Sigamos. La imagen fue sugerencia de mi amiga María Gracia Subercaseaux. Por eso el desnudo…era que no. Todo lo que ves, es producto de la dirección de arte de mis padres. Acá no ha metido mano el doctor Zhari, el doctor Valdés, “Nip/Tuck”, ni Dios. La distorsión en los tamaños corresponde al ángulo de incidencia y de refracción del agua -en este caso, del vodka- situación explicada por la Ley de Snell. Así que no te engañes. Y que no se diga que los publicistas somos una manga de ignorantes. Apuesto una ronda a que los clientes no tienen idea de física óptica.
Mira, al principio tuve dudas con la producción gráfica, pero era ahora o nunca, antes que las cosas caigan por su propio peso. Me gusta tomar sol en topless, pero acá hablamos de exponerse en un medio de comunicación, lo que francamente da pudor. ¿Cómo lo superé?, con un refrescante “Sex on the Beach”: una parte de Absolut Apeach, una parte de jugo de arándanos rojos, otra de jugo de naranja y mucho, mucho hielo. La gloria, una delicia, un espanta timidez.
Creo que el gusto por el vodka tiene que ver con la personalidad. No veo a Cassis, Gamboa, Leiva, Sarroca, Subercaseaux o Menjíbar pidiendo un “Vanilia in the Sky”. Nada que ver. Los veo más cerca de un “Bloody Mary” con Absolut Peppar. Chisposos, picantillos, algo rancios, con todo respeto. De la misma forma, no creo que Bascuñán, Farfán o Novion pidan un Raspberri en una barra. Sería como pedir un Cosmopolitan o una Pantera Rosa. El Mandrinoska o el AbsolutCitron se ajustan mejor a la imagen que proyectan, gente con algo de opinión y postura, un bien escaso en la alienada industria publicitaria nacional. Para el resto, me refiero a los creativos más jóvenes, sólo un clásico: Absolut Vodka Tonic, sin olvidar que la clave está en el hielo.
Tal como los deudos acuden al Quitapenas para poder seguir adelante, los publicistas necesitamos un aditivo para sobrevivir a nuestro propio Vietnam, que si no, estaríamos en el psiquiátrico o en el Parque del Recuerdo. Súper fatal! Créeme, todo mejora con vodka y crema Nestlé. Es la liberación total.
Ya lo sabes, aparte de leche, también tomo alcohol, ahora con moderación, discriminando entre calidad y cantidad. Quiero conservar mi hígado por muchos años. No sabes la sed que me entró de repente.
FRANCA GUERRERO
Directora Creativa de Grupo
Agencia TT/Chile
Mi blog: www.pagalashorasextras.blogspot.com
Por fin tengo más seguidores que seguidos en Twitterlandia.
No olvides de mi correo: francaguerrero@gmail.com
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EL CLIENTE "ACOTA"
“Franca, cuando termines el guión, vente al happy hours”.
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